Por Clara Bouquet
Los hay que no pueden resistirse a sus encantos… me refiero a la tarta de boda. Y es que entre nuestros invitados siempre habrá amantes de los dulces cuyos ojos buscarán de forma irremediable dos puntos: el Buffet de chuches y la tarta nupcial. No les defraudemos.
Sobre la tarta nupcial se puede escribir mucho. Hoy no haré referencia a formas y sabores porque eso daría para una entrada propia en el blog… y lo haré ?. Hoy me centraré en aspectos más genéricos. Y no hay ninguno más importante como decidir en primer lugar si queréis tarta de boda o no. Lo digo porque, al igual que otros muchos convencionalismos, hay bodas en las que los novios están sustituyendo la tradicional tarta por otro tipo de postres. Es una decisión muy personal que debéis tomar.
Si os decantáis por la tarta de boda, tened siempre en cuenta que puede ser otro elemento que muestre la temática de vuestra boda. Por ejemplo, si vais a hacer una boda con un toque rústico, la tarta puede ir decorada con flores silvestres, pero si la boda es muy tradicional, decantaos por una tarta blanca. Procurad que vuestra tarta muestre también vuestro estilo.
Y no penséis que la tarta es un elemento menor. Los sabores, el tamaño, quién la elaborará… Hay muchas pequeñas decisiones que debéis tomar y que no tenéis que dejar para el último momento. Está claro que no es el eje fundamental de la boda, pero tampoco lo dejéis de lado…
Nuestro consejo es que toméis esta decisión con seriedad, dándole el valor que tiene como un elemento importante de la boda… Y, si es posible, probadla para aseguraros que es de vuestro agrado.
Y, como curiosidad, elegid un «cake topper» que también se ciña a vuestro estilo. Hoy en día se hacen auténticas maravillas con las figuritas que adornan la tarta y que os muestran de una forma graciosa y divertida.