Bea y Carlos celebraron su amor en Los Chopos el segundo día de este maravilloso mes de junio. Como decimos, fue un día perfecto, no en lo climático porque ya sabemos que está siendo una primavera más que loca, pero sí en la felicidad que inundaba todos los rincones de nuestros salones. Y al final eso es lo único y más importante cuando celebramos una boda, ¿no? Todo lo demás pasa a un segundo plano porque lo que verdaderamente llega al corazón es ver la eterna felicidad de los novios y sus familiares y amigos. Pues, Bea y Carlos decidieron que esa felicidad tenía que verse también… en los detalles culinarios. Y os podemos asegurar, que lo lograron con creces. Fueron detalles culinarios que marcan una boda. Vamos a verlos.
A la llegada de los invitados no podía haber nada mejor para recibirles como merecían que estas ricas mesas de quesos variados y estos exquisitos platos de jamón, de un gran jamón.
Sí, ya sabemos que diréis que hasta aquí todo más o menos normal, aunque o aseguramos que tanto unos, los quesos, como los otros, los jamones, estaban más que ricos. Pero, las sorpresas fueron llegando poco a poco, como con estas bandejas de un sushi que dejaron a los invitados con la boca abierta… Ya os dijimos que había detalles culinarios que marcan una boda. Pero no os perdáis lo que falta.
Y, el colmo fueron las minutas. No sólo porque mostraban los deliciosos platos con los que iban a agasajar a sus invitados, si no porque ¡¡¡eran de chocolate y se podían comer!!!
Así, que el día de la prueba, Bea y Carlos demostraron qué es lo que había que hacer con la minuta el día de su boda.
¿No os dijimos que había detalles culinarios que marcan una boda?