Poco a poco van pasando los kilómetros, siempre mucho más lentos de lo que deseas. El camino se hace eterno, la carretera no se acaba… Divisas un gran cartel a la altura de un pueblo llamado La Gineta. Pone Los Chopos y te ofrece restaurante a la carta, buffet, tapería y barbacoa. No lo piensas, un oasis en medio del desierto, una oportunidad de romper con el tedio de las líneas blancas pasando sobre el asfalto gris. Sí, ese oasis es Los Chopos, tu restaurante entre Madrid y Alicante.
Decides parar, pues está pegado a la autovía A-31 y no te obligará apenas a desviarte de tu camino. Sólo unos metros y podrás descansar, relajarte y disfrutar. Probablemente, uno de los pocos ratos buenos antes de llegar a tu destino, piensas. Cruzas la puerta esperando ese ansiado descanso en el restaurante entre Madrid y Alicante. Nada más entrar, una sonrisa, algo que agradeces pues de golpe te quita parte del cansancio y el asfalto del camino. Carlos te pregunta dónde quieres descansar, porque te ofrece el Buffet, la Tapería o el restaurante a la carta. Dudas… Los 50 platos del Buffet…. Picar algo rápido pero sin renunciar a la calidad en la barra… O sentarte, descansar y disfrutar de la carta… No es fácil la elección, pero nadie dijo que elegir en Los Chopos fuera fácil. Por fin decides sentarte en el restaurante a la carta.
Por cierto, una carta que ya te llama la atención porque es distinta de aspecto, bonita, elegante… y te enseña cosas de Albacete que desconocías. Has descubierto que es más que una inmensa llanura y que tiene una sierra maravillosa y rincones inolvidables como Alcalá del Júcar, Ayna o Chinchilla. La parada ya comienza a ser especial, piensas. Fabián se acerca y te pregunta si has elegido ya o deseas que te haga alguna recomendación. Nunca viene mal una ayuda para decidirse, sobre todo si te la ofrecen con una sonrisa.
La elección de vino queda en manos de Carlos que te aconseja cuál puede ser el ideal para maridar con los platos elegidos. No hay que dejar nada al azar, y mucho menos en la mesa de un buen restaurante, piensas con una media sonrisa.
En poco más de una hora das cuenta de los platos escogidos y de un buen postre y un delicioso café con un Miguelito detalle de la casa. Habías oído hablar de los famosos Miguelitos de La Roda hasta en la tele, pero, has tenido que venir a Los Chopos para probarlo.
Pides la cuenta y la pagas a gusto. Cuando se ha sido feliz comiendo y el oasis ha sido real y no una mala jugada de la imaginación, todo se hace con mayor dosis de felicidad. Llega el momento de abandonar tu restaurante entre Madrid y Alicante y seguir camino. Abres la puerta para subirte de nuevo a tu coche. Ya no importa el cansancio y las líneas blancas de la carretera ahora son flechas que te indican el camino hacia tu descanso. Todo se ve distinto, tanto, que únicamente exclamas «nos volveremos a ver».