Nuestra mente sigue viajando al pasado cercano para ser feliz. Porque ya sabéis que para tener la sensación de plenitud, os necesitamos a vosotros… y ahora, por gran desgracia, no os tenemos. Echamos tanto de menos que llenéis de alegría nuestros jardines… Por eso, para poder recuperar esa sonrisa decidimos al comienzo de esta pesadilla del COVID-19, que cada semana la recuperaríamos un poco recordando algunas de las bodas que hemos acogido en los últimos años. Y hoy.., hoy nos remontamos al 17 de noviembre de 2018. Un día otoñal pero que recibió a Juan Antonio y Violeta con un tímido sol abriéndose paso entre las nubes. Pero lo más sorprendente es que hubo calabazas en la boda.
No, por favor, no es que Juan Antonio y Violeta se dieran calabazas en tan importante día. Ni mucho menos. Las calabazas en la boda vienen a cuento de que este fruto, porque sí, es un fruto, fue el gran protagonista en la decoración de esta preciosa boda. Porque calabazas en la boda hubo… y muchas.
Lógicamente, las calabazas compartieron protagonismo con Juan Antonio y Violeta en la zona destinada a la ceremonia. Ya fuese en el altar o en los adornos florales de las sillas de los invitados, las calabazas estaban por todos lados.
¿Y qué me decís de esta preciosa calabaza en el Photocall?
Y, como no podía ser de otra forma, las calabazas también estaban presentes en las mesas, tanto de los invitados como en la propia mesa presidencial. Hermosas calabazas de todos los tamaños.
Hoy quería demostraros que una fruta como la calabaza puede ser un buen motivo para la decoración de la boda. No hace falta pensar en grandes locuras. En ocasiones en lo más sencillo hay un motivo precioso para decorar la boda. ¿Con qué decoraréis vuestra boda?
Por Clara Bouquet