Sí, te comprendemos perfectamente. Quedan los últimos días para la boda y sois un manojo de nervios. Normal, no os preocupéis porque sois como el resto de los mortales. Lo primero que tenéis que hacer es respirar tranquilamente diez veces, después coged papel y boli o abrir la tablet o el ordenador y vamos a repasar lo que tenéis que hacer en las últimas cuatro semanas. Son los últimos días para la boda, no para el fin del mundo. Si lo habéis hecho todo bien con anterioridad, ahora sólo quedan los últimos retoques.
Por ejemplo, a falta de un mes, más o menos, es buen momento para dar el último repaso a la lista de invitados para ver si falta (o sobra) alguien. Si echáis de menos a alguien, mandadle la invitación lo antes posible. Siempre será un poco tarde, porque las invitaciones hay que mandarlas antes, pero más vale tarde que nunca. Una vez cerrada la lista de invitados, comunicadle el número definitivo al restaurante.
Tener la lista de invitados completa os ayudará a poder distribuirlos en las mesas. Es un trabajo arduo que ya habréis iniciado semanas antes, pero ahora es el momento de haced la distribución definitiva y mandársela al restaurante.
Cuando vayáis para entregarla, será un buen momento de ver con ellos los últimos detalles referentes a la decoración de los Jardines, el Salón y todos aquellos espacios que vayan a ser protagonistas en la boda. Es el momento de ultimar detalles con los responsables de la decoración.
Y también es una época ideal para llamar a todos los proveedores y asegurarse que todos tienen todas las fechas comprometidas encima de la mesa. Fotógrafo, floristería, traje… Precisamente, a falta de un mes es un buen momento para la última prueba del traje.
Todo va cogiendo forma. Pásate por la agencia de viajes para asegurarte de que los últimos detalles del viaje están acordados. La boda no termina con la última copa en el Salón… ¿Tienes toda la documentación y las maletas para el viaje?
Son muchos los detalles a tener en cuenta en las cuatro últimas semanas. Pero lo más importante es no agobiarse, apuntarse todo bien e ir tachando lo que se va haciendo. No te preocupes porque todo va a salir perfecto, seguro.
Foto de portada: Enrique Rosell
Por Clara Bouquet